Participar en el entorno digital implica crear y compartir contenidos, expresar opiniones y colaborar en proyectos que generen impacto en la comunidad. Los jóvenes de la historia desarrollan competencias sociales al interactuar con públicos diversos, competencias reflexivas al analizar y cuestionar ideas, competencias cívicas al promover el bien común, y competencias expresivas al explorar nuevas formas de comunicación. Su participación fortalece el compromiso ciudadano y el pensamiento crítico.