Internet permitió que los chicos se organizaran creando un grupo de WhatsApp donde compartieron información sobre la contaminación del río. Investigaron datos sobre el río y la fábrica responsable, y una de las chicas, con ayuda de su madre, envió audios con recomendaciones para estructurar el reclamo y aprovechar las redes sociales como herramienta de expresión y le destaco que el activismo digital implica investigar, comprometerse y actuar para generar conciencia y promover cambios.