En la praxis de la ciudadanía digital resulta fundamental generar las competencias en los ciudadanos y las ciudadanas digitales para determinar los riesgos y las oportunidades que se desprenden de las experiencias, para así identificar el camino adecuado. La formación contempla el desarrollo de habilidades tecnológicas y personales. que contribuyan al ejercicio de libertad que empodera a los usuarios a favor de sus auténticos beneficios.